1 de marzo de 2013

Velatorio


Me pasma la indiferencia egoísta de Europa y de occidente todo ante la situación griega, la de quienes estamos mal y la de quienes están mejor.


Para bien y para mal somos sus hijos, criados por ese padre adoptivo, el judeocristianismo. Seguimos siendo Grecia y su ruina es la nuestra.


Las palabras pronunciadas por el taxista con el que A. inicia su odisea en “La mirada de Ulises” (1995) me pasaron inadvertidas en su día, pero hoy se me han clavado:



¿Sabes una cosa? Grecia se muere. Como pueblo, nos morimos. Se acaba el ciclo, miles de años entre ruinas y estatuas y ahora nos morimos. Si Grecia debe morir que sea rápido. La agonía es muy larga y muy ruidosa.



Encaramado al malecón de la carretera da una magistral clase de metafísica:

¡Naturaleza! ¿estás sola? ¡Yo también! Toma una galleta

y la lanza al valle nevado.


Se sienta en el taxi y ofrece una botella, supongo que de ouzo, a su pasajero.

Velatorio improvisado al que nos da miedo unirnos, porque sospechamos que la caja del muerto encierra nuestra imagen.

2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Así es, Miguel Ángel, creo que lo has dicho con una rotundidad tristemente verdadera, detrás de Grecia está toda Europa empeñada.
Salud

M. A. Velasco León dijo...

Mundo agonizante, empeñado en salvarse sobre aquellos que condena. No vemos que ello es imposible.
Me admira continuamnete la visión del futuro de Angelopoulos.
Salud, Manuel.