14 de junio de 2015

La cosa mejor repartida


Con los años uno va perdiendo seguridades en vez de alcanzarlas, parece mentira, pero sucede. Sin embargo hay una excepción, la sospecha creciente de que el mal no es sino un modo, o tal vez una consecuencia, de la estupidez.
Que engañado estaba el pobre don Renato cuando proclamaba: “el buen sentido (le bon sens) es la cosa mejor repartida del mundo.” La razón, en resumidas cuentas, como don universal del ser humano.
Por desgracia, un refrán popular que en otro tiempo me parecía un chiste, se me va presentando como una verdad manifiesta: “cada día que amanece el número de tontos crece.”
Mas no he de ser injusto, doy la razón a don Renato en lo referido a la intuición, porque certezas como esta se nos presentan en una captación inmediata, palmaria y aplastante, alejando cualquier suerte de duda. Son pocas, ciertamente, pero producen un picor de ojos que nos libra de cualquier escepticismo gnoseológico, no así de otros.