4 de septiembre de 2013

Democarcia y varietés


Hay cosas en la vida que, por más esperadas, no dejan de sorprender y alterar el estómago y el alma. Refugiarse en un pueblo perdido no es mal remedio, hasta que un buen día de agosto -uno ya no se acordaba- llegan las fiestas patronales.

Procesiones, verbenas, actividades gastronómicas y rondas no me apasionan, pero tienen su aquel. Lo malo es la nueva moda que estos últimos años sustituye la sesión de concierto para los abuelos, una actuación, digamos de “varietés”, que recuerda espantosamente los programas de la tv de mi infancia. Aquella indigerible mezcla de cantantes melódicos, chicas del ballet ligeras de ropa, contadores de chistes entre verdes y marrones, animadoras del público escapadas de revistas de los años 40 y algún número estilo magia borrás. Lo desazonante no es el espectáculo, sino que el público ¡con cura incluido! aplauda y se ría.
Estoy convencido, se trata de una estrategia programada, tal vez por alguna agencia de inteligencia, para adocenar la sociedad. Más peligrosa que el fútbol porque encanta especialmente a los abuelos, que son legión a la hora de votar. La sombra de Íñigo, José Luis Moreno, Valerio Lazarov, … esbirros al servicio del oscuro señor dinero, sigue rodeándonos.
Es descorazonador, pero mientras existan este tipo de programas, los mismos con la dictadura de Franco, con la UCD, el PSOE, el PP, y con las tv autonómicas, será imposible una verdadera democracia entre nosotros. Seguro.

2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Miguel Ángel, aquí vengo a dar cuenta del verano, que ha sido un erial de estupideces y entretenimientos. Pero la culpa de que este país no consiga otro nivel de conciencia, es que se ha hecho consaguinea la mediocridad. Ay dios!

Un abrazo y saludos para ellas, acual más guapa.

M. A. Velasco León dijo...

No le digo que no, don Manuel, pero también sucede que si procuran acostumbrarnos ... lloverá sobre mojado.
Salud y ya estamos de vuelta tras este extraño verano.