La vuelta de vacaciones me está
dejando perplejo, debe ser la edad, pero cada vez que se me ocurre
conectar la televisión me encuentro con alguna sorpresa. Y no me
refiero a la mezcla de ridículo y cara dura que ha supuesto la
payasada de presentar a Madrid -ya ni se sabe cuántas veces- como
candidata a las olimpiadas. Eso despierta una sonrisa, agria, ¿cuánto
dinero llevamos tirado?, pero sonrisa al fin. Me refiero a las
eficaces medidas que se están poniendo en marcha para acabar con la
crisis, entre las que destaco tres nuevos programas de la tv pública.
Al primero acuden espectadores con problemas, como estar en paro, no
poder pagar la matrícula de la universidad o una cama articulada
para un enfermo … y el público ayuda con donaciones o algún otro
favor. El segundo
consiste en fomentar el apoyo, la acción social entre ciudadanos,
mostrando ejemplos de solidaridad y poniendo en contacto espectadores
necesitados con otros voluntarios.
Excelentes soluciones para unos
gobernantes que vacían la idea de justicia y la sustituyen por la de
solidaridad, (en sus casas lo deben llamar caridad cristiana
-¡menuda burla!-). Mientras el poder se encarga de destrozar la
justicia social generando desigualdad, han de ser los propios
ciudadanos quienes se ayuden a seguir adelante, y además nos ofrecen
un enternecedor espectáculo.
El tercer programa es un concurso para
quienes quieren montar una empresa -emprendedores es la
palabra de moda- otorgando al ganador 100.000 € El mismo truco
rastrero, lo que impide el estado lo suple la tv. ¿Quién dice que
sea obligado el emigrar para los jóvenes?, si estamos fomentando la
competencia sana y la excelencia.
¿Dónde queda la justicia distributiva
del viejo Aristóteles, al que muchos de los “intelectuales” del
gobierno siguen llamando el filósofo? ¿Dónde esa equidad de
Rawls, pensador tan del gusto de los liberales?
¡Ay! Retornan las damas con
abrigos de piel pidiendo ayudas para los pobres y organizando
rastrillos benéficos. Tiempos magistralmente descritos por Berlanga
en su Plácido … me voy a verla.
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