Fuí a ver Le Havre de Aki Kaurismäki en un reciente viaje a Madrid (en Zaragoza se me había escapado) y al encenderse las luces me pareció ver a don Immanuel Kant, en una butaca cercana a la puerta. Su cara me dijo, sin lugar a dudas, que a los dos nos había encantado.
Kaurismäki no da una clase de doctrina, ni un mitin, cuenta una historia pequeña, un cuento particular y transparente, para mostrar en qué consiste el comportamiento moral ante un problema cotidiano, como la emigración. La actuación de los personajes, de todos ellos, es tan próxima, tan material (en el sentido kantiano) que, precisamente por ello, nos está ofreciendo un modelo universal.
La ley política contradice el deber moral, aunque sus guardianes, cuando son humanos, acaban seducidos también y puestos a su servicio. Como el personaje del inspector de policía. (No tiene desperdicio la secuencia de éste con la dueña del bar -piña incluida- y toda la historia elidida que gravita en ella.)Kaurismäki no da una clase de doctrina, ni un mitin, cuenta una historia pequeña, un cuento particular y transparente, para mostrar en qué consiste el comportamiento moral ante un problema cotidiano, como la emigración. La actuación de los personajes, de todos ellos, es tan próxima, tan material (en el sentido kantiano) que, precisamente por ello, nos está ofreciendo un modelo universal.
La película, limpia, sencilla, empatiza con el espectador sin pretenciosidad, sin grandilocuencia, como se va moldeando a las buenas personas.
Cuando quise preguntarle a don Immanuel porqué le había gustado ya no pude encontrarlo. Creo que se avergonzaba o que no era él, sino su doble.
6 comentarios:
Pues sí que tiene buena pinta la película, con doble incluido. Por cierto, que acabo de dar con un libro La filosofía va al cine (Christopher Falzon), verdaderamente interesante para trabajar la filosofía a través del cine y el cine por medio de la filosofía. Este blog va tomando cuerpo.....cordiales saludos
Hola David, conocí el libro a través de un artículo: ¿Puede el cine hacer filosofía? de Sixto José Castro Rodríguez, aparecido en el nº 86 de la revista Paideia. Y estoy de acuerdo, el modo de trabajar, estés de acuerdo o no con los resultados, es muy valioso. En cuante puedas vete a ver Le Havre.
Muchas gracias y un abrazo.
¿¿Se te escapó Kant?? La próxima vez hazle un placaje y me llamas, que tengo que hacerle un par de preguntas acerca del noúmeno, a ver si lo pongo en un aprieto.
Besos!
PD. La cheerleader del blog
Aunque están mayorcitos, Kant y el noúmeno, sabrán salir airosos de cualquier pregunta. El verdadero aprieto se lo producirá el placaje de una cheerleader de la filosofía.
Un abrazo
YA SABES FILOX QUE ME ENCANTA EL CINE. A VER SI TENGO OCASION DE VERLA EN OTRO MOMENTO. CUANDO TE ENTERES DE OTRAS AVISAS.
MUY BUENO. SIGUE ASI
Yo también vi a Kant, pero enfrascada en una conversación con otro filósofo emocionado con la película me hizo perder la premura de llegar a Kant y a su razón de estar una tarde de domingo allí. ¿Qué pensaría?.
Publicar un comentario