31 de agosto de 2015

Erosión


¡Hay que ver cómo es el día a día de la vida! Las urgencias nos van arrastrando como un río desbordado, como un torrente cuando cae una tormenta de verano, y el paseo se convierte en marcha vertiginosa, sin reparar en el camino por el que íbamos, por el que nos gustaría ir.
Hemos de soltar lastre para no ahogarnos y recordar que lo hemos soltado, o no podremos luego recuperarlo cuando las aguas vuelven a su cauce.
No es de balde navegar por este rio: ensucia, mella y deforma lo que somos por completo. Desgasta, mas embellece, con esa hermosura nacida de la erosión, tan propia de lo vivo.

5 comentarios:

clara dijo...

Te ha sentado bien el verano, poeta.

M. A. Velasco León dijo...

Gracias por los bondadosos ojos con que me contemplas.

David Porcel Dieste dijo...

Hermosas metáforas y muy sugerente el final. Gracias compañero.

Manuel Marcos dijo...

Sí, Miguel Ángel, no se puede decir mejor. Es precioso. Un abrazo.

M. A. Velasco León dijo...

Yo si que os estoy agradecido, David y Manuel, ¡pero preocupado! porque ya sabéis, si sólo te elogian algo falla.
Salud y gracias