15 de junio de 2013

furia española



Creo que la furia española forma parte de la leyenda, no se si negra o de qué color. En todo caso, del color de la mentira. Me pregunto dónde están la furia, la rebeldía, el corazón anarquista y valiente, desinteresado y luchador, del que tanto nos han hablado. ¿Sera que 40 años de dictadura y casi 40 más de postdictadura, maquillada de demoblandia, han logrado amansar la hispana fiera?
Apenas si entiendo algo. ¿Se ha logrado domesticar a la fiera indomable? o resulta, más bien, que jamás existió sino una imagen fantaseada. Recuerdo que el último dictador no fue depuesto, expulsado, ni marchó al exilio ... murió de viejo.
Los leones del Congreso son un símbolo grotesco, propongo sustituirlos por un par de camellos, el animal que Nietzsche emplea para significar el aguante cobarde, sumiso, la vida arrodillada. Dos camellos arrodillados con una estampita de la virgen bajo su pata, a la espera del milagro. Como irónicamente señala Al Juarismi.

2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Quería uno referirse, Miguel Ángel, de manera difusa, al concepto de utopía, que ya Platón apunta, quizá sólo alegóricamente, en su República. Pero es verdad que este país se acostumbró hace tiempo a exhibir un cierto pundonor, por lo demás bastante dermatológico, a poner sobre la mesa sus reales partes pudendas en vez de esgrimir razones. Impagable imagen la de los camellos.
Un abrazo, amigo

M. A. Velasco León dijo...

Muchas gracias Manuel, la imagen no es mérito mío, tan sólo he adaptado la empleada por el viejo bigotón.
Salud y un abrazo.