6 de agosto de 2012

PORTA DA PENA 3


Tal vez se trate de la tercera pena, aunque, más me temo, sea la tercera puerta.
Tantas son las penas ¡y tan necesarias!
Cantaba Machado la copla popular: 

“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón”.

Puertas que se han de transitar para estar vivos, especialmente en este mes donde, a la traicionera sombra de las Olimpiadas y la confianza vacacional, sabe Dios la celada que nuestros próceres nos están preparando.
Las penas nos dejan siempre de cara a la pared,
como cantaba la malograda Lhasa de Sela:


2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Si se arranca uno el dolor ¿dónde pondrá el sentimiento desprovisto del peso trágico que le daba asiento y contrapeso?
Chavela Vargas enfrentaba las penas de frente, con una amarga sonrisa, en cuanto a los próceres, en el pecado llevan la penitencia, en el ajedrez de la vida hay lances críticos que conviene afrontar con magnanimidad y prudencia, me temo que son conceptos alejados de las élites dirigentes hoy en día.

Un abrazo.
Salud

M. A. Velasco León dijo...

De razón vas cargado, amigo Manuel. Me encuentro en un semi-retiro rural donde el acceso a las redes del mundo virtual es complejo y fatigoso.
Un abrazo caluroso.