16 de agosto de 2023

Instantes

 


La última curva, larga y pronunciada, ocultó la breve chopera con sus cigarras. El camino ascendía despacio y paramos, callados, a contemplar el ocaso.

Todo zumbido de insectos cesó por un instante, ningún pájaro cantaba al resguardo de su nido, el viento del atardecer no se había alzado.

Nada se oía, y entonces escuchamos el silencio.


10 comentarios:

clara dijo...

Lo escuchamos.

M. A. Velasco León dijo...

Así fue.
Magia compartida.

Anónimo dijo...

Inspirado estás, no esperaba ésto y me gusta.

Rosario Jimenez dijo...

Esos paseos inspiradores

M. A. Velasco León dijo...

Estos paseos ¡son lo que tienen!
Gracias, amigas y amigos

M. A. Velasco León dijo...

A ver si te sumas a ellos. Un abrazo

David Porcel Dieste dijo...

Hay un término alemán "Waldeninsamkeit" que viene a significa la soledad del bosque, y que acuña un narrador romántico en El rubio Eckbert. Es la soledad de la que habla también el romanticismo del siglo XX (Por ejemplo, Jünger tiene pasajes donde repentinamente todo viene a la calma y en plena quietud sobreviene la revelación; precisamente, cuando ya no importa la mochila que portemos ni los víveres de que dispongamos) Es la soledad que transforma. Maravillosa entrada.

M. A. Velasco León dijo...

Gracias por tus palabras y por la referencia.
Sin embargo, esa soledad del bosque en realidad no me parece tal, puesto que estás acompañado de la naturaleza plena. Ese contacto, esa compañía inhabitual, esa inmersión en nuestro lado natural y necesario repercute en toda nuestra vida, la estremece.
Un abrazo

David Porcel Dieste dijo...

"Hay un placer en los bosques sin camino. Hay un éxtasis en la orilla solitaria. Hay sociedad donde ninguno se entromete, por el mar profundo, y la música en su rugido: No amo al hombre menos, sino a la naturaleza más." (Lord Byron)

M. A. Velasco León dijo...

Magistralmente traidas las palabras de Byron.
¡Gracias!