3 de junio de 2020

Lluvias de verano


Suelen ser agradables las noches de lluvia, y aunque la tormenta furiosa nos despierte, cerrar las ventanas, comprobar que el agua no cala nuestra tienda de campaña y la tibieza de una manta, vuelven a traernos resguardo y sueño.
De mañana la lluvia puede interrumpir, desbaratar planes, ser saludada o detestada acelerando el paso, pero no logra borrarnos la alegría. Lluvia que se abre al sol, aunque no se asome tras ella.
La lluvia de tarde se cierra siempre, y si el sol brilla tras un chaparrón, no es capaz de secar el alma, empapada para el resto del día.
Las tardes de lluvia huelen a niñez, pueblo y tristeza.