21 de noviembre de 2013
10 de noviembre de 2013
El consumo me consume
Una de esas palabras que, con aire inocente, nos han ido envenenando es la palabra consumo, del verbo consumir y su inevitable derivado consumidor. Y lo han hecho disfrazadas de noble intención: cuidar de nuestros derechos, informarnos y protegernos en lo referido a las relaciones comerciales que todo ciudadano lleva a cabo habitualmente.
Primero se llama
productos de consumo a lo que satisface necesidades, luego también a
los caprichos y lo superfluo, para acabar hablando del consumo de
bienes y servicios como la educación, la sanidad o la red de agua potable de
nuestra ciudad.
Sin notarlo hemos sido
desplazados desde la categoría de ciudadanos, habitantes de lo común,
hasta la de consumidores, habitantes de lo privado. Se ha mercantilizado
la relación con nuestros semejantes y con nuestro medio social;
todas las relaciones humanas han resultado objeto de intercambio
comercial, de consumo.
Apresados por la jerga de
la economía de mercado, el mecanismo del hábito hace que se
contaminen nuestras ideas y nuestros usos. Así, admitimos como normal
lo que antes nos hubiese parecido intolerable o descabellado: se nos
convierte en consumidores de servicios comunitarios como la educación,
la sanidad o la administración de justicia. No se preocupa uno de
educar a sus hijos y colaborar con la escuela, sino que consume
educación; no participa en el tejido social de su barrio, ni de su
ciudad, sino que consume bienes y servicios urbanos como el de
basuras, alumbrado o alcantarillado.
Todo
ello se hace desde la óptica de lo privado, porque el consumidor
siempre es privado, en un mercado que también lo es, al cual acude
para comprar bienes y servicios según sus necesidades
y capacidad adquisitiva. Y esta perspectiva mental resulta ser el veneno para cualquier relación basada en un ideal ciudadano y comunitario.
Últimamente, bajo el
escudo de “la crisis”, estamos presenciando el siguiente paso:
como los bienes son escasos, parece lógico que el reparto no
sea igualitario, sino regido por la libre oferta y demanda, único
modo de volver a crecer y salir de esta situación. De la condición de ciudadanos fuimos desplazándonos a la de consumidores, como fase intermedia, para llegar por fin a la de siervos.
Nos dejamos engañar
olvidando que un consumidor no es sino quien gasta, destruye,
extingue, de manera que también lo consumido se convierte en
producto necesariamente caduco, con independencia de si continúa
desempeñando su función. Este carácter efímero de cualquier “bien
de consumo” resulta devastador para el planeta, que no es
ilimitado, y choca frontalmente con la noción de “consumo
sostenible”, desenmascarándola. Al igual que el “consumo
responsable” no son sino quimeras destructivas, cuya solución pasa
por romper con la inercia y abandonar la contaminación implícita en el
término mismo, consumo.
No somos consumidores
sino humanos, ciudadanos que satisfacen necesidades junto a otros
humanos, en un planeta habitado por seres vivos e inertes, con los
cuales hemos de contar, puesto que se trata de la misma nave.
Cuando de pequeño hacía
alguna trastada o me portaba mal, mi madre me decía que la consumía.
He comprobado que la Academia sigue indicando entre los significados
de consumir: “coloquialmente.
Desazonar, apurar, afligir.” Por eso, el consumo me consume.
26 de octubre de 2013
Distinguir con claridad
Empeñarnos en lo importante hasta
dejar de lado un asunto que nos apremia, pero cuya importancia es
secundaria, puede causarnos graves problemas e incluso alejarnos de
nuestra meta.
Embarcarnos en una sucesión de urgencias es buen modo
de olvidar lo importante y acabar desnortados en el vaivén de la
intemperie.
La urgencia no tiene por qué ir de la mano con la
importancia. Si no queremos acabar transitando caminos que, ni son
los nuestros, ni nos interesan, hemos de distinguir con claridad
entre lo urgente y lo importante.
5 de octubre de 2013
El modelo español de impunidad
No ha
vuelto, seguramente porque nunca se acabó de ir, como pudimos ver
con total claridad hace año y medio al fallar la sentencia contra
Garzón. La Federación Estatal de Foros por la Memoria, describía
la situación en un artículo de rotundo título:
"Garzón absuelto. Las víctimas condenadas"
Año y
medio en el que la tapadera de la crisis ha sido la excusa para
incumplir leyes, como la de Memoria Histórica, al reducir en 2012 un
60% los gastos destinados a su aplicación y eliminando por completo
en 2013 las ayudas a diversas asociaciones para localizar restos de
víctimas.
En
cambio, las partidas destinadas a restaurar el Valle de los Caídos
se suceden e incrementan, este año se han destinado 215.000 € y en
los presupuestos recién aprobados se destinan casi 300.000 €
La veda
se ha abierto y los actos de apología directa y explícita del
fascismo se suceden: alcaldes del partido del gobierno manifestando
en público, como uno en Galicia, que los fusilados de la guerra
civil algo habrían hecho y lo merecerían; otra en Madrid,
permitiendo un mercadillo profranquista y pronazi en el colegio de su
pueblo, el mismo fin de semana que esta alcaldesa y otros ediles
asistían a la conmemoración de una placa que honra a los “caídos
por Dios y por la patria”.
Miembros
de las juventudes del PP enarbolando orgullosas banderas de la
dictadura y saludando al modo fascista. Chiquilladas dijeron
varios cargos políticos, como el presidente de la Diputación de
Valencia. O la presidenta de la Diputación de Guadalajara, que
defendió estas y otras acciones similares e incluso ha rechazado la
moción que pedía el cese de su diputado de turismo por mostrar
públicos saludos fascistas, mientras sostenía la bandera
franquista.
El
portavoz adjunto del PP en el Congreso equipara la bandera de la
Segunda República y la de la dictadura, además de afirmar que fue
la República quien ocasionó el millón y medio de muertos de la
guerra civil.
El
millón de euros concedido al santuario de la Macarena, donde está
enterrado Queipo “el sanguinario”. Y el bochornoso espectáculo
de la fiscalía del estado, haciendo lo posible para no extraditar a
Argentina varios torturadores de la dictadura.
Ningún
cargo ha sido relegado de su puesto, a nadie se ha expulsado del Partido Popular, ni siquiera sancionado, lo cual ha de interpretarse
como apología explícita, si bien indirecta, por parte del gobierno
al tolerar todos estos actos que defienden y reivindican una dictadura apoyada en la continua comisión de delitos de lesa humanidad.
Un poco
antes de esta grotesca parada, hace ya dos años, nos advertían:
“(...)
La Federación Estatal de Foros por la Memoria desea expresar que a
pesar de la notoriedad y evidente repercusión mediática del
enjuiciamiento del Magistrado Juez Titular del Juzgado Central de
Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, el modelo de impunidad
hay que entenderlo globalmente, y ver y comprender los diferentes
elementos y expresiones que lo conforman. (…) Entendemos que
independientemente del resultado del proceso iniciado contra el
Magistrado Juez Titular del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de
la Audiencia Nacional, la centralidad debe tenerla la lucha contra la
impunidad de los crímenes franquistas, la consecución de justicia
para sus víctimas -que seguirán desamparadas- y la recuperación
como referente del proyecto político y social que defendían”.
Quiero destacar el
final de la cita, la recuperación del proyecto político de nuestra
Segunda República, expresado en su Constitución de 1931. Debe ser
recordado y divulgado como referente para nuestra democracia,
sustituyendo al referente oficial, la pacífica y modélica
Transición de los setenta. El paso del tiempo no hace sino agravar sus
consecuencias, porque la Transición, efectivamente, ha sido
modélica, pero se trata del Modelo
Español de Impunidad.
26 de septiembre de 2013
¿Renunciaremos a navegar?
Está hablando Mairena de quienes
pretenden alcanzar las aguas rejuvenecedoras del pensamiento, tal vez
la excelencia, la competitividad, la creatividad … pero para
alcanzarlas se siguen muchos senderos descaminantes y
desorientadores, por desdeño de la ámplia vía de la razón, que es
camino de todos, aunque no todos, sino muy pocos, sepan adónde
conduce. El gran pecado de nuestro tiempo, en que muchos se buscan y
casi nadie se encuentra a sí mismo, es el apartamiento de las
calzadas imperiales, y la constante búsqueda de falsos atajos y de
las sendas caprichosas, que no llevan a ninguna parte. Con fútiles
pretextos hemos abandonado la metafísica, el pensar metafísico que
es el específicamente humano, abierto a la espontaneidad intelectiva
y a los cuestionarios infantiles, para seguir las líneas tortuosas
de dandysmo delicuescente, o de una madurez embrutecida por la fatiga
y el alcohol.
¡Bah! ¿Renunciaremos a navegar,
que es caminar entre las estellas, porque las estrellas no pueden
cogerse con la mano?
En estos momentos, nuestra urgente
necesidad no la satisfará una economía que es irracional atajo
hacia la autodestrucción. Las naves están listas, las estrellas
siguen esperando nuestra decisión.
12 de septiembre de 2013
Medidas de justicia
La vuelta de vacaciones me está
dejando perplejo, debe ser la edad, pero cada vez que se me ocurre
conectar la televisión me encuentro con alguna sorpresa. Y no me
refiero a la mezcla de ridículo y cara dura que ha supuesto la
payasada de presentar a Madrid -ya ni se sabe cuántas veces- como
candidata a las olimpiadas. Eso despierta una sonrisa, agria, ¿cuánto
dinero llevamos tirado?, pero sonrisa al fin. Me refiero a las
eficaces medidas que se están poniendo en marcha para acabar con la
crisis, entre las que destaco tres nuevos programas de la tv pública.
Al primero acuden espectadores con problemas, como estar en paro, no
poder pagar la matrícula de la universidad o una cama articulada
para un enfermo … y el público ayuda con donaciones o algún otro
favor. El segundo
consiste en fomentar el apoyo, la acción social entre ciudadanos,
mostrando ejemplos de solidaridad y poniendo en contacto espectadores
necesitados con otros voluntarios.
Excelentes soluciones para unos
gobernantes que vacían la idea de justicia y la sustituyen por la de
solidaridad, (en sus casas lo deben llamar caridad cristiana
-¡menuda burla!-). Mientras el poder se encarga de destrozar la
justicia social generando desigualdad, han de ser los propios
ciudadanos quienes se ayuden a seguir adelante, y además nos ofrecen
un enternecedor espectáculo.
El tercer programa es un concurso para
quienes quieren montar una empresa -emprendedores es la
palabra de moda- otorgando al ganador 100.000 € El mismo truco
rastrero, lo que impide el estado lo suple la tv. ¿Quién dice que
sea obligado el emigrar para los jóvenes?, si estamos fomentando la
competencia sana y la excelencia.
¿Dónde queda la justicia distributiva
del viejo Aristóteles, al que muchos de los “intelectuales” del
gobierno siguen llamando el filósofo? ¿Dónde esa equidad de
Rawls, pensador tan del gusto de los liberales?
¡Ay! Retornan las damas con
abrigos de piel pidiendo ayudas para los pobres y organizando
rastrillos benéficos. Tiempos magistralmente descritos por Berlanga
en su Plácido … me voy a verla.
4 de septiembre de 2013
Democarcia y varietés
Hay cosas en la vida que, por más
esperadas, no dejan de sorprender y alterar el estómago y el alma. Refugiarse
en un pueblo perdido no es mal remedio, hasta que un buen día de
agosto -uno ya no se acordaba- llegan las fiestas patronales.
Procesiones, verbenas, actividades gastronómicas y rondas no me
apasionan, pero tienen su aquel. Lo malo es la nueva
moda que estos últimos años sustituye la sesión de concierto para
los abuelos, una actuación, digamos de “varietés”, que recuerda
espantosamente los programas de la tv de mi infancia. Aquella
indigerible mezcla de cantantes melódicos, chicas del ballet ligeras
de ropa, contadores de chistes entre verdes y marrones, animadoras del
público escapadas de revistas de los años 40 y algún número
estilo magia borrás. Lo desazonante no es el espectáculo, sino
que el público ¡con cura incluido! aplauda y se ría.
Estoy convencido, se trata de una
estrategia programada, tal vez por alguna agencia de inteligencia,
para adocenar la sociedad. Más peligrosa que el fútbol porque
encanta especialmente a los abuelos, que son legión a la hora de
votar. La sombra de Íñigo, José Luis Moreno, Valerio Lazarov, …
esbirros al servicio del oscuro señor dinero, sigue rodeándonos.
Es descorazonador, pero mientras existan este tipo de programas, los mismos con la dictadura
de Franco, con la UCD, el PSOE, el PP, y con las tv autonómicas, será imposible una verdadera
democracia entre nosotros. Seguro.
11 de julio de 2013
Augusto enjaulado
Me ha dado pena ver al pobre Augusto
traído y llevado de cualquier manera. ¡Todo un emperador! y ni una
mala protección, ni un mullido, empotrado en el aristado metal con
unas cinchas que lo mismo han sujetado antes chatarra y sujetarán
luego quién sabe qué.
He visto enjaulados, con el indefenso
emperador, nuestro presente y nuestro futuro:
la idea de cives romano, ese
invento del derecho (que desmarcó progresivamente lo jurídico de lo
religioso y lo moral) que nos hizo sujeto de leyes , de cuyo
cumplimiento se ha de responder ordenadamente;
el arte y la historia, inútiles
reliquias decorativas, de las que se dispone según interés al
servicio de la economía dominante;
las humanidades, la filosofía con
ellas, resignadas ante la dejación racional, obligada, que pretenden
imponernos;
la tradición occidental, con todo su
mal de androcentrismo, eurocentrismo y esencialismo, pero con todo su
bien capaz de conocer sus errores y tratar de superarlos, planteando
los ideales de dignidad, igualdad y respeto, concretados en los
derechos humanos.
Y la he visto arrastrada por sí misma,
en la figura de los oscuros hijos que ha alumbrado, dispuestos a
terminar con sus gemelos opuestos.
El único consuelo me lo ha ofrecido la
empresa de la grúa que lo traslada, se llama “da Vinci” y emplea
como logo el hombre de Vitruvio. ¿quién dice que las humanidades no
sirven para nada?
27 de junio de 2013
simples bacterias
El domingo vi un programa
en televisión sobre las consecuencias de los recortes en ayudas a la
dependencia. Hablaban afectados, con sus historias pequeñas,
comprensibles y cercanas. Hablaba también un miembro de la Comisión
de Dependencia del Congreso y el director general del IMSERSO,
defendiendo ambos la necesidad de las medidas aplicadas. Se que
también tienen una historia humana, pero me resultaba
incomprensible, alejada. El mismo contraste de historias encuentro en
la educación, la compra de vivienda, la sanidad, las pensiones, la
aplicación de la justicia … Historias que me han despertado, una
vez más, el choque entre sacrificados y sacrificadores. Unido a una
inevitable pregunta, que me asalta desde hace tiempo: ¿cómo se pierde la dignidad? Cómo se abandona el suelo de la empatía, el
trato con un tú concreto, para convertirte en un engranaje, en una
pieza al servicio de intereses de grupo, o, sencillamente, egoístas.
Cómo se deja de ver la persona a quien destruyes, para ver una
simple cifra o ni siquiera ver nada.
Ignoro si hay un paso
decisivo, una línea que se cruza, un fino hilo que se rompe ... o si
el proceso es tan gradual que no te has dado cuenta de que estás al
otro lado.
Sea como fuere, estoy
seguro de que se trata de una pendiente suave, deslizante, ante la
que resulta más fácil y más cómodo dejarse caer, que poner freno.
Cada uno encuentra sus
ventajas y su narcótico para disfrutar del placer de la caída sin
despertar su conciencia, haciendo que permanezca embotada, o
convencida de que cumple su deber. Unos se convencen de prestar un
servicio necesario, que exige el sacrificio ajeno, por mucho que nos
duela, como quien castiga a un hijo por un bien superior. Otros se
entienden cobradores del pago a quienes han vivido por encima de sus
posibilidades, o alejados del temor de Dios. En cualquier caso, tan
sólo aplican consecuencias bien merecidas. Para los más
pragmáticos, si no son ellos los que aplican estas medidas, serán
otros y, como ha de ocurrir, mejor estar arriba que abajo.
También estoy seguro de
que las justificaciones van en proporción inversa al tiempo y al
tramo descendido. Cuanto más se hunde uno en el barro, menos le
cuesta permanecer en él, menos ha de excusarse; inmerso en un
ambiente de complicidad, sus preocupaciones se hacen tan
superficiales como la competencia infantil por dominar o poseer.
Nadie es como los
hermanos Malasombra, como Fu Manchú, que disfrutaban haciendo el mal
por amor al mismo mal. ¿Dónde queda la fuente, dónde el tentador
Maligno? Y el pensamiento, que trata de alcanzar profundidad hasta
llegar a la raíz, en cuanto se ocupa del mal se ve frustrado,
incapaz de encontrar nada. La banalidad del mal, nos enseñó Hanna
Arendt, consiste en su falta de profundidad. Sólo el bien la posee y
puede ser radical. Unos años antes, Karl Jaspers, hablando de los
crímenes nazis, lo anticipa con estas terribles palabras: “Las
bacterias pueden causar epidemias que devasten naciones enteras, pero
siguen siendo simples bacterias.”
15 de junio de 2013
furia española
Creo que la furia española
forma parte de la leyenda, no se si negra o de qué color. En todo
caso, del color de la mentira. Me pregunto dónde están la furia, la
rebeldía, el corazón anarquista y valiente, desinteresado y
luchador, del que tanto nos han hablado. ¿Sera que 40 años de
dictadura y casi 40 más de postdictadura, maquillada de demoblandia,
han logrado amansar la hispana fiera?
Apenas si entiendo algo. ¿Se ha
logrado domesticar a la fiera indomable? o resulta, más bien, que
jamás existió sino una imagen fantaseada. Recuerdo que el último
dictador no fue depuesto, expulsado, ni marchó al exilio ... murió de
viejo.
Los leones del Congreso son un símbolo
grotesco, propongo sustituirlos por un par de camellos, el animal
que Nietzsche emplea para significar el aguante cobarde, sumiso, la
vida arrodillada. Dos camellos arrodillados con una estampita de la
virgen bajo su pata, a la espera del milagro. Como irónicamente señala Al Juarismi.
5 de junio de 2013
... enfondadas
Desde los siete a los once años hay un trozo muy grande de vida, lleno de oscurecimiento y olvido. Se supone que vamos perdiendo lentamente el don de hablar con los animales, que los pájaros no se posan ya en el antepecho de nuestra ventana para charlar. A medida que nuestros ojos se acostumbran a mirar, se pertrechan contra el prodigio. Flores que una vez tubieron el tamaño de pinos, vuelven a sus macetas. Hasta el terror se empequeñece. Los gigantes que llenaban nuestra habitación de niños se achican en maestros malhumorados y padres humanos.
Leonard Cohen "El juego favorito"
Cohen parece referirse al que Freud denominó período de latencia, el mismo representado, con frecuencia, por Rousseau en sus cuadros. Las figuras dejan de imponerse por sí mismas para quedar monótonamente enfondadas.
26 de mayo de 2013
20 de mayo de 2013
Oración II
El pasado viernes una de las limpiadoras de La Moncloa, encontró una
estampita que debió caer de la cartera de algún ministro. Fuentes
cercanas -una vecina muy devota- nos ha confesado ser ella quien, hace ya más de un año,
entregó unas estampitas ¡muy milagrosas! para rezar al comienzo de cada Consejo. La estampita reza así:
Padre Mercado
que campas por los ministerios,
santificada sea tu plusvalía,
déjanos seguir robando en tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra y el paraíso (fiscal),
el beneficio de cada día dánoslo hoy,
no nos dejes caer en los medios de comunicación
y líbranos de los escraches.
14 de mayo de 2013
Alpeis
La película "Alpeis" de Giorgos Lanthimos (Grecia 2011) me ha recordado los
ambientes de Angelopoulos, una Grecia fría, con lluvia, donde
dominan los tonos grises y azulados. También por la parquedad de sus
diálogos, su frecuente silencio y el uso diegético de los sonidos,
música incluida. El guión, en cambio, no resulta ni simbólico ni
poético, sino de una crudeza existencial camuflada por un juego de
espejos.
En sus cuadros, Friedrich escogió los
Alpes para simbolizar la naturaleza que reduce lo humano a una
pequeña figura perdida en el conjunto. En la película, la
organización Alpes (Alpeis en griego) reduce lo humano a la
intercambiabilidad total, es decir, a uno mismo y su egoísmo. Si en
Friedrich lo sublime natural destaca al humano, despertando el
interés por una figura nunca ausente, en Alpeis se destaca la
inhumanidad al desdibujar al individuo concreto, singular, convertido
en un doble al servicio de un sentido vital ausente.
La lectura más directa nos sitúa ante un pasatiempo
lógico, el de los actores que actúan fuera del escenario para
paliar las soledades y pérdidas de otros personajes, y lo hacen mediante una organización con un claro jefe llamada Alpes. ¿Dónde parar?
en este juego de teatro dentro del teatro. Digo teatro porque de ello
trata la película en este primer nivel, de actuar en directo y con
entrada, en la vida de quienes han sufrido una irreparable pérdida.
Mas esta lectura directa enmascara una segunda, que plantea la
profunda crisis de identidad y el necesario rescate, que sólo es
posible en el encuentro con otros humanos y, especialmente, en el
encuentro corporal. Rescate que suplanta la soledad por la comunidad,
aunque sea esta una farsa y, en consecuencia, la identidad rescatada
paga el precio del desequilibrio emocional.
Y aquí se
enlazan los dos niveles, puesto que la necesidad de sentido resulta
tan acuciante en actores como en espectadores, manifestando el paisaje de una neurosis con brotes agresivos tanto hacia uno mismo como hacia los otros.
5 de mayo de 2013
Eppur si muove
A nuestras autoridades
educativas
El padre de Galileo, músico de oficio,
sabía muy bien lo que eran las penurias económicas (sin llegar a la
pobreza, no vayamos a pensar que era un sin techo de su época, ni
siquiera un perroflauta) por ello recomendó a su hijo seguir
estudios que le permitiesen una profesión de desahogo económico y
reconocimiento social, como la medicina. Insistía mucho a su
primogénito para que guiase sus pasos por el camino del bienestar
económico y la tranquilidad social. Sin embargo, al díscolo
muchacho lo que le gustaba era la música, la literatura y la
matemática. Un saber novedoso, este último, propio de artistas,
visionarios y otros muertos de hambre (y de Inquisición, a partir de
la Contrareforma). Trabó amistad con músicos, tocaba el laúd, leía sin
descanso poesía y se dedicaba al estudio de novedosas rarezas como el
vacío, la gravedad y los movimientos locales. Asuntos exclusivos de
frikis de aquel tiempo, como ese francés tan rarito, que se atrevió a
escribir sobre ciencia en francés, en lugar de latín. No se
conocieron personalmente, pero sí leían sus respectivas obras.
Claro que ¿quién iba a dedicarse a leer semejantes desvaríos
improductivos? sino gentes con el cerebro reblandecido por tanto
excremento de pájaros matemáticos que habitaban sus cabezas.
Si hubiera hecho caso a su padre, es
decir, a la visión conservadora de su época, la que estaba al
servicio del statu quo y el orden establecido del momento, y la que
podía haberle proporcionado “éxito”, la ciencia moderna y sus
aplicaciones tal vez no hubiesen existido. Y es que defender algo
porque sea lo tradicional y lo bien visto por el poder no es amar la
verdad, ni emplear siquiera la razón, nos vino a decir el propio
Galileo.
No pasó de ser un profesor con apuros
económicos, en las universidades de Padua y de Florencia luego. Hubo
de discurrir ingenios, incluso militares, como fuente complementaria
de ingresos, con menos fortuna que más en sus ventas, la mayoría de
las veces. No pudo dar la adecuada dote a sus hijas, que acabaron en
un convento. Y, para colmo de mundanas desdichas, por no hacer caso a
sus mayores, acabó su vejez condenado a un arresto domiciliario
hasta su muerte. ¡Ni su padre llegó a sospechar tamaños peligros
de la desobediencia!
Desoyó los sabios consejos que por el
buen camino habían de conducirlo, pero gracias a ello es el padre de
la física moderna y, mejor todavía, estuvo satisfecho de su vida y
de sí mismo.
Eppur si muove, cuentan que
masculló por lo bajo tras abjurar ante la Inquisición. Y sin
embargo soy feliz, sería la traducción de su vida.
29 de abril de 2013
La interpretación del asesinato
La obra de Freud sigue siendo valiosa
explicación de la personalidad humana y su realización cultural en
que habitamos, probablemente la mayor construida hasta el momento.
Ofrece una visión integral donde encajan estructuras, mecanismos y
conductas, explicados con una visión integral y coherente. Sigue
conteniendo, además de gran fuerza explicativa, un interesante
potencial transformador del presente.
En poco tiempo he encontrado dos
sugerentes aproximaciones a este pensador y su época, la primera
desde el cine, “Un método peligroso” de Cronenberg, la cual
recomiendo sin reserva. Completa la clásica “Freud, pasión
secreta” de John Huston y la divertidísima “Inconscientes” de
Joaquín Oristrell. La segunda desde la literatura, “La
interpretación del asesinato” de Jed Rubenfeld, que ahora acabo de leer.
No hay rastro de poesía en sus más de
500 páginas, ni tan siquiera una novela bien escrita, pero sí una
estupenda aproximación al psicoanálisis y los tropiezos exteriores
e interiores que encontró a principios del siglo XX. Partiendo del
viaje de Freud, acompañado por Jung, a los Estados Unidos de América
en 1909, Rubenfeld construye una fantasía criminal a caballo entre
la novela histórica y la divulgación científica.
Además de Jung, el discípulo
predilecto que acabará trasnformado en Judas, desfilan como
personajes Abrahan Brill, Sandor Ferenczi o Ernest Jones, componiendo
el cuadro de las tensiones surgidas entre sus discípulos y
seguidores, aún en vida del propio Freud. Si bien, son tratados con
mayor detalle los problemas y obstáculos con que el psicoanálisais
se encontró en la sociedad victoriana de preguerra, tan cuidadosa de
las apariencias y formalismos, como asidua a las perversiones
ocultas. Son estas las que sirven de eje que permite articular el
panorama social y a la vez exponer una cuestión fundamental de la
obra freudiana, como es el complejo de Edipo. Y serán las teorías
del maestro las que permitan resolver el misterioso asesinato,
vergonzante flor de lo escondido bajo la alfombra.
Quiero destacar que la novela puede
hacer gala de honradez, con un apéndice al final donde deslinda los
personajes, hechos y lugares históricos, por un lado y los que son
ficción, por otro. Valioso ejemplo para muchas que se presentan como
“históricas”.
14 de abril de 2013
Recuerdo de esperanza
Hace unos días visité el Campo de
Gurs (muy cerca de Oloron, en el sur de Francia) donde acabaron internados unos 28.000 españoles, parte de
aquellas 500.000 personas que salieron precipitadamente de España
los primeros meses de 1939. Exiliados por el simple delito de
defender el régimen legítimo de la Segunda República Española. Y
cuando digo defender no quiero decir necesariamente con las armas, la
mitad de ellos eran población civil compuesta de mujeres, niños y
ancianos. Su voz, sus ideas y una honradez consigo mismos eran las
únicas armas que habían esgrimido. Si fue atroz su destino no lo
fue menos el de quienes quedaron en la España de la victoria.
Victoria del fascismo, de una sangrienta y larga dictadura, sobre las
ilusiones y esperanzas representadas por la Segunda República.
Por ello es deber ciudadano recordar y
contar lo sucedido, como lo es recuperar las ilusiones, hoy ausentes
por otro golpe de estado, el del capital financiero y sus fieles
sirvientes, para luchar pacíficamente por restaurar la dignidad
humana y la justicia.
Después de 82 años, a pesar de los
intentos de 38 de dictadura y de los últimos 36, La
República hoy sigue significando esperanza y apuesta por el hombre, su racionalidad y su calidad de agente moral, frente a la nueva
barbarie financiera.
8 de abril de 2013
Reinvéntate
Incluso la mosca (junto al 10), heredera de Sócrates, se ha dado cuenta.
Si el ministerio considerase las
posibilidades de la filosofía, la potenciaría como dice que va a
hacer con las llamadas asignaturas “instrumentales”. Aunque no se
sabe muy bien de qué, ni para qué son instrumento.
Pasaron los
siglos XVIII y XIX, y estamos en el XXI pero los ministros de
educación siguen sin enterarse.
Nuestra sociedad, presa de una inercia entrópica,
necesita reinventarse y la crisis actual debería ser un revulsivo
para replantear presente y futuro. Para este asunto la filosofía es
plenamente instrumental, y hay quien se está dando cuenta, como reza
el cartel.
Claro que tal vez la instrumentalidad
ministerial trata precisamente de eso, de no reinventar nada.
27 de marzo de 2013
La impotencia del pensamiento
La
impotencia del pensamiento. Cuando
el pensamiento se retrae, exhausto, queda sólo la rabia de que
aquello que se pensó sea solamente pensamiento y no rayo, trueno,
juicio de Dios, dies irae. Que el curso de las cosas continúe igual
y el canalla no esté muerto fulminado. Pero luego, cuando el
pensamiento vuelve, se lo acoge con acentos conmovidos. Y
precisamente de este pensamiento inane se hace el elogio y de su
impotencia. La impotencia del pensamiento es la barrera puesta a él
para impedirle un delito.
Manlio Sagalambro: Del pensare breve
(Adelphi edizioni, 1991)
Siente uno ganas de ser idealista
radical y convertir su pensamiento en azote de canallas. Pero ni
siquiera somos realistas y nos asusta cometer cualquier delito, sobre
todo los que no están tipificados como tales.
24 de marzo de 2013
Apriti sesamo
Para Antonio y Pilar
Si la novedad sorprende, y arrastra
cuando no le oponemos reserva, lo ya conocido es pócima que cautiva
cuerpo y espíritu. Lo familiar permite desinhibirse, bajar las
defensas y entregarse a un placer, no por más conocido, menos nuevo.
El concierto de Franco Battiato este
viernes en Burgos, me hizo caer en la cuenta -es lo que tienen los
músicos filósofos-. El comienzo, presentación de su nuevo disco
“Apriti sesamo”, fue impecable. Con unas letras que siguen
siendo, como acostumbra, poesía cotidiana, nos abrió el horizonte
de un Battiato desengañado y realista. “Passacaglia” es eficaz
brújula para este disco. Pasó después a repasar viejos temas, con
los cuales volvimos a la casa de la infancia, y sentados a la mesa
entre aromas familiares, nos rendimos y las lágrimas se asomaron a
nuestros ojos. La versión de “Nómadas” destacaba entre las
cumbres de estos clásicos, parte de nuestra vida, como cualquiera
realidad a la que podamos dar ese nombre.
No fue un concierto al uso, la música
de Battiato tampoco lo es, "cualquier artista que se toma en
serio su obra sabe que es un puente entre la tierra y el cielo"
dijo en una entrevista, y desde su alfombra persa se empeñó en que
lo cruzáramos, ayudado por certeros lazarillos. Todos
ellos magistrales: Simon Tong (guitarra), Andrea Torresani (bajo),
Giordano Colombo (batería), Angelo Privitera (teclados y
programaciones), el espléndido Nuovo Quartetto Italiano (violines,
viola y chelo) y el soberbio pianista Carlo Guaitoli, al cual los
críticos musicales de nuestro país, tal vez por eso mismo, no han
prestado atención, ocupados en destacar, tan sólo, la presencia del
guitarrista.
El
concierto se alargó y llegó la medianoche, con la fecha de su 68
cumpleaños y el regalo de esta fiesta donde, como corresponde,
Franco era el celebrante y nosotros sus agradecidos invitados.
¡Apriti sesamo! y la magia de quien resulta cada vez más, incluso
en su aspecto, un maestro tan serio como divertido, nos introdujo
en la cueva de la olvidada belleza.
10 de marzo de 2013
nos hemos confiado
Recuerdo cuando, en los años ochenta,
Pilar Miró dimitió como Directora de RTVE por adquirir ropa cargada
al presupuesto de la tele. Ni ocultó su compra, ni mintió, ni se
quedó los vestidos, que pasaban a los fondos de TVE tras su empleo
en actos propios del cargo. No recayó sobre ella la menor sospecha
de comportamiento delictivo, su tacha estuvo en considerar que la
vestimenta destinada a la representación protocolaria debía pagarla
el organismo público que se la exigía.
Veinticinco años después me
pregunto ¿cómo nos hemos acostumbrado a soportar el nauseabundo
espectáculo presente?
No hemos estado atentos para cortar el
mal de raíz, nada más brotar. Sí, esa ha sido nuestra culpa, no
las que quieren echarnos encima los poderes politico-económicos.
No hay logros definitivos en el mundo
humano. Lo hemos pasado por alto y nos hemos confiado.
1 de marzo de 2013
Velatorio
Me pasma la indiferencia egoísta de
Europa y de occidente todo ante la situación griega, la de quienes
estamos mal y la de quienes están mejor.
Para bien y para mal somos sus hijos,
criados por ese padre adoptivo, el judeocristianismo. Seguimos siendo
Grecia y su ruina es la nuestra.
Las palabras pronunciadas por el
taxista con el que A. inicia su odisea en “La mirada de Ulises”
(1995) me pasaron inadvertidas en su día, pero hoy se me han
clavado:
¿Sabes una cosa? Grecia se muere.
Como pueblo, nos morimos. Se acaba el ciclo, miles de años entre
ruinas y estatuas y ahora nos morimos. Si Grecia debe morir que sea
rápido. La agonía es muy larga y muy ruidosa.
Encaramado
al malecón de la carretera da una magistral clase de metafísica:
¡Naturaleza! ¿estás sola? ¡Yo
también! Toma una galleta
y la
lanza al valle nevado.
Se
sienta en el taxi y ofrece una botella, supongo que de ouzo, a su
pasajero.
Velatorio
improvisado al que nos da miedo unirnos, porque sospechamos que la
caja del muerto encierra nuestra imagen.
20 de febrero de 2013
Bestias del sur salvaje
El primer largometraje de Benh Zeitlin resultará extraño, incluso incómodo, al
espectador globalmente correcto, porque plantea una diferente manera
de enfrentar el mundo y la vida cotidiana, alejada de los domesticados relatos que saturan nuestros cines. Forzadamente podría incluirse dentro del género de películas sobre catástrofes, mas la crudeza de su historia
y la naturalidad con la cual es encajada por sus protagonistas,
la hacen escapar de los esquemas de estos dramas. Por otro lado, el trabajo de unos actores no profesionales,
especialmente el de la niña que interpreta la protagonista, le aporta una
frescura inusual.
Paso por alto algunos pensamientos
en off, demasiado ecointelectuales, que adolecen de un exceso de
racionalización, sobre todo para una niña pequeña, y me quedo con las breves
descripciones de su mundo, realizadas con unas poderosas imágenes,
bien hermanadas con la música. Imágenes que narran una historia de
amor y apego al espacio, convertido en el verdadero centro de la
historia. Fuente de sustento, de comunicación, de crecimiento y
articulación de la vida entera, una vida en construcción, como la de
Hushpuppy, así se llama la protagonista.
El universo espacial de “La Bañera”,
en los bayous de Louisiana, construye una historia -la de una niña
de seis años- tan dura como hermosa, alejada de estereotipos
habituales, pero que ha de hacernos reflexionar sobre nuestra ligazón
con el espacio poblado, tan desapercibida casi siempre.
Espacios dotados de una poética
incomparablemente más intensa que la de Bachelard, porque son vividos
y habitados voluntariamente hasta las últimas consecuencias,
incluida la de ser efímeros.
He visto en la película un caso práctico de
las ideas de Tetsuro Watsuji y su Antropología del espacio,
donde se rompe con la hegemonía de lo temporal a la hora de explicar
al ser humano, proponiendo que somos espacio.
Un cuento filosófico, imprescindible, para ilustrar mejor la comprensión de lo que somos.
11 de febrero de 2013
Paso al cerco hermético
Me he enterado esta mañana de que Eugenio Trías murió ayer, que abandonó el límite del aparecer para ocupar el cerco que se repliega en sí mismo, pero del cual los vivos hablamos.
Para mí su nombre está unido con Hitchcock y su Vértigo, desde que leí Lo bello y lo siniestro, tan unido como está con la Lógica del límite y un encuentro personal en Zaragoza. Los entonces miembros de Seminario interprovincial de Filosofía habíamos estudiado su reciente obra y le pedimos que acudiera y nos hablará sobre ella. Debía ser el año 1993, y el encuentro fue coronado con una cena donde debatimos apasionadamente sobre limes, cercos, cine y política.
Ganador del premio Nietzsche, seguiremos hablando de uno de los más serios y profundos intentos de pensar la realidad y la filosofía desde nuestra lengua.
31 de enero de 2013
Nacionalismos
El nacionalismo del pobre, del
oprimido, el nacionalismo kurdo o el saharaui nos inspiran una
ternura comprensiva y pueden ser contemplados con benevolencia. Muy
otro es el sentimiento inspirado por el nacionalismo del rico, del
explotador, como el catalán o el vasco, que ha crecido sobre el
sudor del emigrante y las espaldas de unas estructuras injustas, que
le han otorgado beneficios para acallarlo y fomentar otro
nacionalismo, el español.
Entiendo al kurdo perseguido hasta ser
víctima de genocidio, al saharaui sin tierra ni nacionalidad, y
los entiendo porque más allá de querer una nación, se trata de
querer recuperar la dignidad humana, e incluso de algo más elemental
todavía, se trata de supervivencia física. No soy capaz de comprender al
vasco, ni al catalán, que apoyados sobre una situación de
superioridad, pretenden seguir incrementando sus ventajas. Por ello la
autodenominada izquierda nacionalista me parece una contradicción, puesto que emplea un doble rasero, el de la justicia para los míos a costa
de la explotación de quienes no lo son.
Que certeros fueron los anarquistas al
desenmascarar los ideales de patria, nación, independencia.
Soflamas, herramientas de dominio del patrón, a costa de
sufrimiento, incluso de guerra, para el trabajador que se deja
engañar por ellas.
Hoy, los nacionalismos europeos no son
sino herramientas al servicio de neocons y de la contrarevolución
del liberalismo económico que, bajo la tapadera de la crisis, deshace los logros que lo habían tornado más humano y retrocede hasta el inicio del capitalismo industrial. Mientras los
viejos estados-nación agonizan, por efecto de la globalización
económica y su usurpación del poder político, resulta una eficaz
maniobra de distracción dividir a los ciudadanos bajo pequeñas
banderas nacionales, desviando la mirada de sus auténticos
problemas.
24 de enero de 2013
Desde otro mar
Todo el mundo en Grecia, desde el
Partido Comunista a la extrema derecha, rehusa interrogarse sobre el
pasado. Además, las palabras han perdido su sentido. Todos emplean
el mismo vocabulario -democracia, socialismo ...-, pero el contenido
es distiinto en cada caso. Las palabras son las mismas pero la lengua
es diferente. Durante las elecciones europeas la izquierda utilizaba
el eslogan “ya sabemos como es la derecha” y la derecha “ya
sabemos como es la izquierda”. No hay diferencia. Asistimos a un
proceso de desideologización; los partidos parecen en realidad
equipos de futbol.
Estas palabras de 1984, siguen
conservando una plena actualidad y pueden extenderse al presente de
nuestro país y al de Europa.
Un año después de su trágica
muerte, echamos de menos la lúcida mirada de Angelopoulos sobre
nuestro presente y el consuelo de su poesía truncada.
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