Cuando perdemos al creador de una obra, por grande que esta sea, resulta fácil dedicarle unas palabras, pues la herida no es sino intelectual y cicatriza saboreando nuevamente su música, sus palabras, sus hechos. Dedicarlas en cambio a quien hemos querido por lo que era, no por su obra, por su presencia que resultaba una parte de la nuestra, resulta bien diferente, por ello con frecuencia callamos.
La semana pasada la obra de Battiato resultó bálsamo que nutre, una vez más, le nostre anime, pues emprendió su último viaje. Aunque ¿quién sabe?, puesto que Cristo nei Vangeli parla di reincarnazione, nos recordó en Testamento, del último disco que realizó con canciones nuevas, compuestas y cantadas por él, Apriti sesamo. Quiero compartir dos canciones poco conocidas y que escapan tanto de lo que llamamos pop, como de la alegría de vivir tan cantada en sus composiciones más conocidas.
La primera, L'addio, sirva como despedida y reencuentro en la distancia. La compuso en 1981 para Giuni Russo y la retomó en 2008 para su tercer álbum de versiones Fleurs 2 (una más de sus burlas, pues Fleurs 3 que también ofrece versiones de otros autores y una o dos canciones propias, había aparecido seis años antes). Franco no tenía la voz de soprano, ni la potencia de Giuni, pero esta versión, hecha veintisiete años después, convierte a la original en algo nuevo, tan sutil como ese hidrógeno en el mar del olvido que repite el estribillo. Hidrógeno es el primer elemento de la tabla periódica, el más ligero de cuantos gases existen, insoluble en el agua, pero la mayor parte de su molécula, presente en todo ser vivo.
Con
la fine dell'estate
come in un romanzo l'eroina
visse veramente
prigioniera.
Con te dietro la finestra guardavamo
le rondini
sfrecciare in alto in verticale
ogni tanto un aquilone
nell'aria
curva dava obliquità a quel tempo
che lascia andare via, che
lascia andare via.
Gli idrogeni nel mare dell'oblio.
Da una
crepa sulla porta ti spiavo nella stanza
un profumo invase
l'anima
e una luce prese posto sulla cima delle palme.
Con te
dietro la finestra guardavamo
le rondini sfrecciare in alto in
verticale
lungo strade di campagna
stavamo bene
per orgoglio
non dovevi
lasciarmi andare via, lasciarmi andare via.
Ogni
tanto un aquilone
nell'aria curva dava obliquità a quel tempo
che
lascia andare via, che lascia andare via
gli idrogeni nel mare
dell'oblio.
Quando me ne andai di casa
finsi un'allegria
ridicola
dei ragazzi uscivano da scuola.
Dietro alla stazione
sopra una corriera.
L'addio
La segunda canción, nos muestra el viaje esperado por battiato. Aparece en el álbum Fleurs de 1999, parte de Invitación al viaje de Las flores del mal de Beaudelaire, traducido y adaptado al italiano por el filósofo Manlio Sgalambro, quien colaboró con Battiato en las letras de más de media docena de sus álbunes (entre ellos también se esconde La cura, una de sus canciones más emocionales).
Ti
invito al viaggio
In
quel paese che ti asomiglia tanto
I
soli languidi dei suoi cieli annebbiati
Hanno
per il mio spirito l'incanto
Dei
tuoi occhi quando brillano offuscati
Laggiù
tutto è ordine e bellezza
Calma
e voluttà
Il
mondo s'addormenta in una calda luce
Di
giacinto e d'oro
Dormono
pigramente i vascelli vagabondi
Arrivati
da ogni confine
Per
soddisfare i tuoi desideri
I
tuoi desideri
Le
matin j'écoutais
Les
sons du jardin
Le
langage des parfums
Le
langage des parfums
Des
fleurs
Debéis prestar atención a la segunda parte, cuando la canción parece acabar y, por sorpresa, resurge con sintetizadores y voces alteradas (no con auto-tune, sino sintetizadas al modo tradicional de la música progresiva, para deformarlas logrando ciertos efectos, no para enmascarar sus deficiencias), mostrando una extraña belleza. También el Etna y el Estrómboli, dormidos, entraron en erupción el día siguiente al de su muerte.
En esta coda sueña un día sin ocaso surgido de las sombras, y con su voz, de nuevo, se torna presencia.
Sai,
sai, sai, dire addio
Ai,
ai, ai giorni felici?
Sai,
sai, sai dire addio, addio
Ai,
ai, ai giorni felici?
Ascolta
nel fondo dell'ombra
Una
visione ti viene incontro
Un
giorno senza tramonto
Le
voci si faranno presenze
Sai,
sai, sai, dire addio
Ai,
ai, ai giorni felici?
Sai,
sai, sai dire addio, addio
Ai,
ai, ai giorni felici?
Sai,
sai, sai dire addio
Ai,
ai, ai giorni felici?
Sai,
sai, sai (Dire addio)
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