A
comienzos de los años 20 Lev V. Kuleshov, profesor en el Instituto
Soviético de Cinematografía, realizó junto a algunos alumnos,
entre los que estaba Pudovkin, un experimento cuyo resultado se
conoce como “efecto Kuleshov”. La sucesión de imágenes
dispuestas mediante el montaje, dan lugar en el espectador a la
ilusión de un espacio continuo en el que se sucede la acción,
construyendo así una geografía ficticia, creada por el montador, y
una unidad de acción también construida. Tanto Pudovkin en La
madre y Tempestad sobre Asia, como Eisenstein en El
acorazado Potemkin y
Octubre, desarrollaron, sobre estos supuestos, las bases del montaje
cinematográfico.
Hemos presenciado más de una guerra construida
desde mesas de montaje, y muchos sucesos, que justificaban medidas legales y
acciones represivas, construidos mediante esta ilusión.
A través de este recurso no sólo encontramos una acción y un espacio ficticios, sino
también unas emociones construidas: la imagen previa que vemos
condiciona la interpretación de la emoción expresada por la cara
que aparece en la siguiente imagen. En consecuencia, la atribución
emocional resulta claramente mediada por el entorno, no es
sencillamente inferida de la expresión facial, que permanece la
misma, siendo interpretada en un sentido u otro, según la imagen que
la precede. Ello implica la facilidad con la que puede ser
manipulada nuestra interpretación de emociones ajenas, por ejemplo
con fines manipulativos o publicitarios.
Podemos extraer una
consecuencia, las emociones atribuidas en
los contextos de los que formamos parte activamente serán más
certeras que aquellas donde somos espectadores externos. Sin
embargo, nuestra implicación contextual a menudo es una traba para
interpretar emociones, como esos casos donde no te enteras de las
emociones que a tu alrededor despiertas, sean positivas o negativas, cuando todos se dan cuenta de
que alguien es atraído por ti menos tu.
Y con todo, una persona considerada dentro de los estándares de la
normalidad, interpreta las emociones de los otros adaptativamente (de
manera provechosa para su vida y la de quienes le rodean). Luego el
descifrado emocional sigue presentando para nosotros una complejidad
que, desde la teoría, permanece sin resolver.
4 comentarios:
Vaya, interesante explicación del papel del sujeto en la construcción del conocimiento. Como dices, el lenguaje cinematográfico y publicitario se sirven de estos mecanismos cognitivos que suponen una intervención activa del sujeto. Usaré la entrada y el video para mis alumnos. Gracias.
Gracias a ti. Es gratificante sentirse útil para fomentar lo inútil (en sentido aristotélico, claro).
Salud
No deja nunca de sorprenderme la capacidad que tienes para interpretar el arte cinematográfica, a la luz de la filosofía, la psicología, y la vida misma. Es un placer, leerte, y una lección.
Salud
Lo que sorprende es la capacidad de trabajo y la facilidad de composición que tu tienes para escribir, ¡rey de los ingenios!
Gracias y salud
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