La pregunta es una opción, determinarse por una dirección desconocida y explorarla.
La respuesta, por contra, es un lugar en sombra bajo donde sentarse y calmar nuestro miedo adolescente.
Preguntas y respuestas obedecen a dos actitudes vitales divergentes, cuya raíz se hunde en nuestros afectos y emociones, más allá de la razón.
2 comentarios:
Es muy sugerente lo que dices. De hecho, a veces pienso que inundamos a nuestros alumnos con demasiadas respuestas, no dándoles la ocasión para el preguntar. Saludos
No sólo a nuestros alumnos, también nos autoinundamos con respuestas con demasiada frecuencia. Hay que recordar el verso de Machado: "se hace camino al andar"
Salud y gracias.
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