La película "Alpeis" de Giorgos Lanthimos (Grecia 2011) me ha recordado los
ambientes de Angelopoulos, una Grecia fría, con lluvia, donde
dominan los tonos grises y azulados. También por la parquedad de sus
diálogos, su frecuente silencio y el uso diegético de los sonidos,
música incluida. El guión, en cambio, no resulta ni simbólico ni
poético, sino de una crudeza existencial camuflada por un juego de
espejos.
En sus cuadros, Friedrich escogió los
Alpes para simbolizar la naturaleza que reduce lo humano a una
pequeña figura perdida en el conjunto. En la película, la
organización Alpes (Alpeis en griego) reduce lo humano a la
intercambiabilidad total, es decir, a uno mismo y su egoísmo. Si en
Friedrich lo sublime natural destaca al humano, despertando el
interés por una figura nunca ausente, en Alpeis se destaca la
inhumanidad al desdibujar al individuo concreto, singular, convertido
en un doble al servicio de un sentido vital ausente.
La lectura más directa nos sitúa ante un pasatiempo
lógico, el de los actores que actúan fuera del escenario para
paliar las soledades y pérdidas de otros personajes, y lo hacen mediante una organización con un claro jefe llamada Alpes. ¿Dónde parar?
en este juego de teatro dentro del teatro. Digo teatro porque de ello
trata la película en este primer nivel, de actuar en directo y con
entrada, en la vida de quienes han sufrido una irreparable pérdida.
Mas esta lectura directa enmascara una segunda, que plantea la
profunda crisis de identidad y el necesario rescate, que sólo es
posible en el encuentro con otros humanos y, especialmente, en el
encuentro corporal. Rescate que suplanta la soledad por la comunidad,
aunque sea esta una farsa y, en consecuencia, la identidad rescatada
paga el precio del desequilibrio emocional.
Y aquí se
enlazan los dos niveles, puesto que la necesidad de sentido resulta
tan acuciante en actores como en espectadores, manifestando el paisaje de una neurosis con brotes agresivos tanto hacia uno mismo como hacia los otros.
4 comentarios:
Tus críticas de cine son realmente persuasivas, Miguel Ángel, así ya puedo hablar con los amigos de cine sin quedarme atrás, veo muy poco.
Salud
Muchas gracias, Manuel. Yo tampoco veo todo el que me gustaría, pero procuro seleccionar y aprovechar lo que veo. Ya que ves poco, te aconsejo otra pequeña maravilla sin ínfulas ni pretensiones, la portuguesa "Tabú"
Salud
Qué interesante parece el tema que planteas, a ver si también saco tiempo para ver esta película. Saludos
Ciertamente, lo es. Una película muy inteligente, con calado y con un presupuesto muy bajo. Es griega y este director, Lanthimos, está mostrando cómo hacer buen cine sin rios de dinero detrás.
Salud
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