Los códigos penales siempre vienen a
posteriori, a remolque de los delitos que ponen en juego el statu quo
social y el poder establecido.
La alternativa entre reinsertar y castigar no es otra que la alternativa entre
Sócrates o la estaca, entre enseñar la virtud, es decir, educar a
los ciudadanos o el tu la haces, tu la pagas. Sócrates exige
inversión y preocupación por el ciudadano desde su infancia; políticas
sociales y económicas que frenen la desigualdad y suplan
desestructuraciones familiares. La estaca es más barata de entrada,
parece más firme y justiciera, pero tiene resultados
contraproducentes: una vez saldada mi deuda con la sociedad estoy en
paz y puedo emprender un nuevo endeudamiento, el secreto del éxito
está en que no me pillen.
Una sociedad, incluidas sus leyes, no
puede apoyarse en la desigualdad de sus ciudadanos y a la par
pregonarles que la felicidad se compra, porque sus desfavorecidos
quedarán automáticamente tentados para lograr el dinero que se les
niega. ¿Quién no va a querer ser feliz?
Lo confirman paises como Estados Unidos de
América, donde la delincuencia es galopante y las cárceles están
saturadas, a pesar de su estaca equipada con cadena perpetua y pena de muerte.
Los códigos no previenen la
delincuencia, tan sólo permiten juzgar y castigar. Es precisa una
labor educadora del estado cuya eficacia no sólo depende del dinero
invertido, sino también del comportamiento de nuestros nuestros
poderes, tanto de los cargos electos como de los magistrados. No lo
olvidemos, los valores se aprenden ante todo mediante el ejemplo. La ley misma ha de estar regida por una igualdad distributiva real, para ser también ejemplar.
3 comentarios:
No se ha tomado nunca en serio la reinserción aquí, la gente normal nunca ha acabado de creer en ella. Es un drama, en Venezuela con el programa de orquestas clásicas, abordan el problema con inteligencia. Y por supuesto, como bien dices, igualdad distributiva y ejemplaridad.
Un abrazo, salud.
Hasta ahora se estaba descuidando el necesario ejemplo de nuestros poderes, ahora, con la excusa de la crisis, se está recortando a lo bestia en políticas sociales y fomentando una economía desigualante. Me temo un aumento progresivo de la pequeña delincuencia (la grande es legal o se burla de la ley)que padeceremos de nuevo los mismos.
En cuanto a la reinserción, siempre nos hemos quedado a medias.
Salud
La pequeña delincuencia, Miguel Ángel, se nos queda ya muy pequeña si la comparamos con el desmantelamiento de los derechos sociales.
Salud
Publicar un comentario