31 de agosto de 2015

Erosión


¡Hay que ver cómo es el día a día de la vida! Las urgencias nos van arrastrando como un río desbordado, como un torrente cuando cae una tormenta de verano, y el paseo se convierte en marcha vertiginosa, sin reparar en el camino por el que íbamos, por el que nos gustaría ir.
Hemos de soltar lastre para no ahogarnos y recordar que lo hemos soltado, o no podremos luego recuperarlo cuando las aguas vuelven a su cauce.
No es de balde navegar por este rio: ensucia, mella y deforma lo que somos por completo. Desgasta, mas embellece, con esa hermosura nacida de la erosión, tan propia de lo vivo.